Si el confinamiento por el covid19 te ha encontrado solo en casa, bien porque vives solo o porque tus circunstancias personales te han traído temporalmente al confinamiento en soledad, es importante que tengas presente algunas cuestiones.

Lo primero y más importante es que, si te sientes mal y no puedes con la situación, llames o contactes con un psicólogo de tu confianza. La ayuda psicológica podrá orientarte de muchas maneras y en estos momentos encontrarás a muchos psicólogos colegiados ofreciendo sus servicios por diversas vías online.

Preventivamente, voy a proponerte una serie de condiciones que, si las cuidas y mantienes, te ayudarán a sobrellevar mejor este periodo incierto de confinamiento:

  1. Busca qué hacer durante el día. Si es necesario, planifícate la semana para poder vivir de acuerdo a una guía de actividades. Te ayudará a mantener la mente clara y ordenada y a no caer en el desorden mental, la desidia y los pensamientos improductivos que sólo generan angustia o incluso ansiedad. Tener un propósito diario da sentido a nuestra mañana y nos levantamos más motivados y alineados.
  2. No seas demasiado exigente con el número de actividades. Piensa que el confinamiento hace variar tus biorritmos. Ahora todo va más lento y pausado y el exceso de actividad puede ser también causa de estrés. Mejor menos y bien llevado a cabo.
  3. Bienestar físico: Practica cualquier tipo de ejercicio diariamente, si es posible a la misma hora. El cuerpo tiene memoria orgánica y te lo va a agradecer, produciendo cada vez más eficazmente un caudal de endorfinas que ayudarán a combatir tu posible estrés mental.
  4. Bienestar mental: Dedica también un tiempo a cultivar tu mente. Con cosas sencillas que no te agobien, pero que te ayuden a focalizarte en temas concretos donde pueda surtir tu creatividad. Es un alimento necesario para tu bienestar mental.
  5. Repara aquello que no funciona en casa y que nunca tienes tiempo de arreglar (grifo que gotea, puerta que chirría…). Date una ducha caliente por las mañanas después de hacer ejercicio y abrázate para sentir que no estás solo. Las caricias y la ternura que te das a ti mism@ es alimento para tu bienestar emocional.
  6. Interacción social. Comunícate. La necesidad de afiliación, de pertenencia al grupo es ahora más importante que nunca. Las llamadas o videoconferencias van a ser vitales en estos momentos. Habla con los tuyos por teléfono, por internet y a ser posible diariamente. No hace falta que sean conversaciones largas. Simplemente responden a ser el abrazo diario que nadie te da.
  7. Higiene física = Higiene emocional. La higiene diaria es un síntoma claro de cuidado y estima personal. Cuando nos sentimos aislados, solamente contamos con nuestra validación (“no salgo a la calle, nadie me ve, ¿para qué arreglarme?”). Esa forma de hablarnos puede hacer que caigamos en el abandono personal y una vez ahí, va a ser más fácil quedarnos en un letargo peligroso que nos puede conectar con comportamientos saboteadores. Tenemos que cambiar nuestro diálogo interno “Me aseo y me cuido para mi mism@”. Oler bien, sentirse limpio, nos aporta vida interior y sensación de apertura.
  8. El veneno está en la dosis. Higiene mental. Limita tu tiempo de pantallas en casa, sea móvil, televisión u ordenador. Prográmate un tiempo al día para cada cosa y date momentos de desconexión con las otras actividades que también te has propuesto. Está bien evadirse, pero el exceso de la evasión puede llevarnos al aislamiento inconsciente.
  9. Por otro lado, es importante que no abuses de la difusión de información de la que desconozcas procedencia. Observa que sea contrastada y que provenga de organismos o instituciones y asociaciones oficiales que seguramente te aportarán realismo pero no fatalismo. Recuerda que quedándote en casa ya estás ayudando y que ciertas preocupaciones solamente van a añadirte ansiedad y, con ella, un estrés físico con subidas de cortisol que podrían originar una posible bajada de tus defensas.
  10. Alimentación y emociones. Nuestro cuerpo físico está conectado sutilmente con nuestro cuerpo mental y nuestro cuerpo emocional. La inducción positiva de alimentarnos correctamente es un estímulo químico que afecta a nuestras emociones. Por ello, huye de los azúcares y del alcohol y trata de no abusar de los carbohidratos. Desayuna bien completo, no comas entre horas, plantéate un almuerzo correcto y una cena ligera. Entre horas, las infusiones son tremendamente positivas y aportan hidratación.
  11. Un buen descanso razonable. No cambies tu horario habitual. Duerme las mismas horas nocturnas y el cuerpo, que tiene memoria orgánica, reaccionará de acuerdo a lo que entiende por normalidad, proporcionando mejores respuestas a los estímulos mentales y emocionales y recuperándose mejor de tus posibles momentos de angustia.

Una vida equilibrada en momentos tan excepcionales y difíciles como éste que estamos viviendo, no se resume ni muchos menos en estos 11 pasos como si de un manual se tratara, pero puede que esta síntesis te ayude a orientarte y a sobrellevarlo todo mucho mejor.

#yomequedoencasa #venceremos